¿A ti también te pasa que te encanta esta herramienta? Porque nosotras, aunque suena a cliché (su cuota de mercado, al menos entre nuestros clientes, es altísima), estamos enamoradas. Tenemos muchas razones, por ejemplo: permite hacer campañas resultonas con plantillas muy amigables; su herramienta de medición es visual y va al grano; y, además, cuenta con un API que permite integrarla fácilmente con otros sistemas…
Para sacarle el mayor partido, aquí te dejamos algunos #MailChimpTips:
1. Ten una única lista (bien segmentada) mejor que una lista para cada grupo de suscriptores
Hay muchos motivos para ello. Con una única lista evitarás enviar dos veces el mismo boletín a una persona, facilitarás la gestión de la misma (que no haya gente que se de baja , por ejemplo, pero le sigamos enviando mensajes). Además, si tenemos a todos juntos, con cada envío iremos alimentando la base de datos y añadiendo a su perfil información sobre qué temas le interesan más, a qué hora abre los emails, desde qué plataforma, etc. Si tenemos esta información en listas separadas, es imposible aprovechar correctamente las estadísticas.
Eso sí, para que la lista sea útil, debemos tenerla bien segmentada. Esto es, que tenga campos que nos permitan seleccionar a quién le enviamos la información. Así, si tenemos un envío interno, tendremos que tener un campo en la base de datos que nos permita seleccionar sólo a las trabajadoras y trabajadores de una entidad, y si tenemos listas que vienen de diferentes fuentes (por ejemplo, una recogida de firmas y nuestra base de datos de socios), podemos hacerles envíos distintos en función de su relación con nosotras.
2. La decisión de abrir o no un email se toma en la bandeja de entrada
Y en este sentido, el remitente que le pongamos a nuestro mensaje es un elemento clave que hará que abra el mensaje, o no, dependiendo de si te (re)conoce, de la calidad de los emails que le hayan llegado antes…
3. Un “asunto” que de ganas de abrir el correo
Solo tienes una oportunidad para que tus suscriptores decidan abrir tu email o borrarlo. La apuesta segura es abandonar el leguaje marketiniano y sea muy auténtico. Piensa en qué correo abrirías primero personalmente: el de alguien que te cuenta algo importante solo destinado a tí, o uno que huele a que te quieren vender algo. Encuentra tu voz (probando y cambiando) y una vez lo tengas, mantenlo, pero intenta ser lo más descriptiva posible. Estamos en un espacio personal –el del email—y a nadie le apetece escuchar el enésimo mensaje precocinado.
4. Contenido que hable de tú a tú.
Es importante que el contenido de tu email no decepcione, y tenga «chicha». Con cada mensaje que envíes vas construyendo una relación de confianza con tus usuarias. Si el mensaje que envías ahora mola, las personas que lo hayan leído estarán más predispuestas a abrir el siguiente. ¿Cómo conseguir que mole? La respuesta a esta pregunta es parecida a la de la pregunta anterior: empatía. ¿A quién le hablas? ¿En qué momento está? ¿Cómo puedo sorprenderle, emocionarle, interesarle? En algunos casos, sólamente le mandarás información de interés. En algunas ocasiones el contenido será lo suficientemnete potente en sí mismo, y en otras, un vestido (diseño) adecuado, puede ayudarte, pero la clave es conocer y comprender a tus usuarios. ¿Qué quieren recibir?
5. Hay que adaptarse a las nuevas experiencias de usuario
Las estadísticas dicen que la mayoría de los correos se leen desde smartphones, tablets, etc, por lo que tu comunicaciones deben tener siempre un diseño responsive que se adapte sin problemas a dispositivos móviles.
6. Ten claro el objetivo de tu campaña
¿Qué quiero conseguir con el email que quiero enviar? Esa es una de las primeras preguntas que te tienes que hacer a la hora de lanzar tu comunicación en MailChimp.
Procura que cada mensaje tenga un objetivo y refuérzalo con un botón. ¿Quieres donaciones? ¿Qué se descarguen un documento? ¿Qué lean una noticia? Escribe tu objetivo en un papel antes de ponerte a trabajar.
7. Observa y compara tus resultados
Como siempre decimos, no hay una fórmula mágica que diga la hora, el día y la forma en la que tienes que hacer y enviar tus campañas. Quizá en tu público funcionen fatal los emoticonos, o quizá los jueves a las 18h sea la mejor hora para enviar emails. No es lo estándar, pero puede ocurrir. Cada audiencia, entidad y tipo de comunicación tiene sus propias micro-reglas, y para descubrirlas, solo puedes ir probando (¡y midiendo!)
8. Explora las herramientas de Mailchimp
Además de las campañas de email normales, prueba con:
• Test A/B: Con este tipo de emails puedes comparar cómo un cambio influye en el funcionamiento de un email. Si pongo un vídeo en lugar de una foto, ¿tengo más clicks? Si uso este asunto en lugar de este otro, ¿tengo más aperturas? Puedes probar cosas como el tamaño de la letra, la hora de envío, el número de columnas, etc. Así con prueba y error podrás ir encontrando qué es lo que mejor “te” funciona.
• Envíos automatizados: Forma cadenas de emails que se envían cuando el suscriptor cumple un criterio: podría ser envíos que se hacen automáticamente en la fecha del cumpleaños, o bien a medida que pasa el tiempo respecto a la fecha que se dio de alta como socia… Este tipo de emails nos ayudan a fidelizar y construir nuestra comunidad. Algunos ejemplos de para qué pueden servir:
- Dar la bienvenida a voluntarios. Hacer una cadena de seis emails en seis semanas: Conoce nuestra entidad en seis semanas (cada semana, se habla de un tema)
- Ciclo de emails de gracias a donantes y socias: Unos días después de la donación, seis meses después, un año después…
- Nuevas suscripciones al boletín a través de un formulario de recogida de firmas: “Ya has firmado, mira qué más puedes hacer ahora”.
Ahora te toca probar, rectificar y medir lo que te funciona mejor para afinar en los objetivos de tus campañas.
Y si consigues dar con esa fórmula mágica, ¡cuéntanosla! 😉
Si te has quedado con ganas de más en este MEGA post te contamos cómo tu ONG puede implementar una estrategia de mail márketing o mejorar la que tiene.