Cuando vas a crear una página web, ¿tienes claro lo que necesitas y la diferencia entre una y otra? Porque puede variar el precio, el tiempo de ejecución, el tipo de mensajes, el tamaño, etc. y tendrás que tomar decisiones. Lo primero es conocer los diferentes tipos de web existentes para elegir la que mejor se adapte a las necesidades y objetivos de tu ONG.
Página de internet, portal, sitio, website… Utilizamos todas estas palabras de manera indistinta para referirnos a la misma realidad: el sitio web. Según Wikipedia, un «conjunto de páginas relacionadas y comunes a un dominio o subdominio en la World Wide Web dentro de Internet».
Sin embargo, aunque todos sabemos lo que es una web, no para todo el mundo tendrá el mismo significado. De la misma manera que cuando decimos «árbol» hay quien pensará en un pino y otros en un sauce o en una encina, cuando hablamos del mundo web cada persona tendrá un tipo en su cabeza.
Hay varias maneras de clasificar los sitios web. Aquí tendremos en cuenta el criterio que nos parece más importante: ¿para qué sirven? La utilidad de una web, y las funciones que cubre, nos darán las claves para determinar si se trata de un tipo u otro. Aunque muchas veces los límites entre ellas no estan claros, podemos diferenciar básicamente cuatro tipologías de web:

La web corporativa
Es la clásica web de las entidades o las empresas. Su principal objetivo es dar a conocer su imagen de marca, afianzarla y generar confianza en torno a ella. Se trata de la casa de la organización en Internet, define su presencia en la Red y la imagen que recibirán aquellos que la visiten.
Entre sus objetivos deben estar el de aportar información concreta sobre aspectos como sus valores, su historia y su actividad, y el de fidelizar a su público. No todas las organizaciones tienen una web corporativa, pero todas tienen un apartado corporativo dentro de su web.
Ejemplos de webs corporativas son las de la Fundación Mapfre o la Coordinadora de ONG para el Desarrollo.

El microsite
El microsite es una página o un conjunto de páginas creadas con uno o dos objetivos muy concretos, diferentes del site principal de la organización. Aunque lo normal es que esté interrelacionado con la web corporativa a través de links, suele tener su propio dominio (la elección de un buen dominio es clave) y una línea de diseño diferente.
Desde el punto de vista de su estructura, debe tener elementos que lleven al usuario muy claramente hacia los objetivos para los que ha sido creado. En el caso de las ONG, estos objetivos son fundamentalmente la sensibilización y/o la captación y se enmarcan dentro de campañas. Encontraremos entonces piezas de información con un argumentario claro, apelaciones directas al usuario y formularios de donación o de captación de contactos.
Los microsites, por lo general, tienen fecha de caducidad y permiten una mayor libertad creativa. Buenos ejemplos de ello son el sitio de la campaña #LibresDeViolencia para InspirAction o el microsite la campaña de banca ética para la Red Enclau.

La landing
Si el microsite podía tener varios objetivos, la landing page o página de aterrizaje es una página independiente, y sólo una, con un objetivo, y sólo uno, muy concreto. En la mayoría de los casos, suele ser la captación de contactos para hacer después una campaña de email marketing.
Las landings se caracterizan por su alta tasa de conversión, al menos en teoría. No existe navegación, y se debe evitar cualquier información superflua o la presencia de enlaces que puedan distraer al usuario del objetivo marcado: que deje sus datos en un formulario de captación, que debe ser lo más directo y sencillo posible.
Otros elementos de la landing son información de contexto, que sirva para convencer al usuario y elementos para generar confianza. No se debe abusar del texto, debe ser siempre conciso y muy claro. Las landings no se crean para posicionar en buscadores, y se promocionan por otros medios, como anuncios patrocinados o publicidad en redes sociales, además de a través de los demás canales de comunicación de la organización.
Un ejemplo de landing page es la de la campaña Salva el Ártico de Greenpeace.

La web de servicios
Por último, vamos a hablar de las webs de servicios, o funcionales. Destacan porque tienen una utilidad más práctica para el usuario, que las utiliza como herramienta para su trabajo diario. Dentro de esta clasificación, encontramos webs con muchos tipos de servicios.
Pueden convertirse en una fuente de noticias, ofrecen cajas de herramientas, bases de datos de proyectos, documentos de trabajo, son tiendas online, integran foros de discusión, dan acceso a plataformas de formación online, etcétera.
Ejemplos de webs con una carga funcional o de servicios importante son la de la Red Entreculturas, el portal educativo de la Fundación Entreculturas, que ofrece un catálogo de materiales didácticos sobre educación para la ciudadanía global; y la de Apoyo Positivo, que en su sección de preguntas frecuentes da información sobre diversidad, salud sexual y VIH.

Ahora que ya conoces los tipos fundamentales de web según su utilidad, ya puedes empezar a pensar cuál es la más interesante para tu organización o si la que tienes está cumpliendo con vuestras necesidades y os está ayudando a cumplir vuestros objetivos. Quizás es tiempo de plantearse una renovación 😉
Me ha gustado como habéis desarrollado este artículo, muy bien explicado.
Hola, Roberto! Muchas gracias por tu comentario. Me alegro de que lo hayas encontrado útil.
Necesito una página Web para ONG en formación,
Hola, Patricio! Puedes escribirnos un correo a info@socialco.es o llamarnos al 910 052 605.