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    Por qué no retuitear las menciones.

    Hace ya casi tres meses, coincidí con Marta Isabel (@migasocial) en un curso que impartía junto a @Cipocompany. En un determinado momento del transcurso de la formación, surgió entre Marta Isabel y yo un debate muy interesante en torno a Twitter, las normas de cortesía, el miedo a saturar, la personalidad digital… Lo que yo decía era algo como que debes intentar que cada tuit cuente y huir todo lo posible de las publicaciones de escaso valor para la audiencia global de tu cuenta. Puse ejemplos como los agradecimientos infinitos y circulares, las bienvenidas públicas… o los RT a las menciones. “No estoy de acuerdo”, me dijo Marta Isabel. Me dio mil y un argumentos para su desacuerdo. Todos ellos acertados y válidos. Tiene razón y… sin embargo: no me convence.

    Terminábamos el curso ya anochecido. Y me fui a casa sin poder parar de darle vueltas a la cabeza. Me di cuenta hablando con Marta Isabel de que en SocialCo tenemos una posición bastante definida al respecto y de que no tenía “ordenados” los argumentos para defenderla. Fue entonces cuando cogí el móvil y, a través de Twitter, le propuse a @migasocial que hiciéramos un post en dos partes para defender las razones de hacer o no RT a las menciones. En este post están los posicionamientos y argumentos de Marta Isabel. En el presente, los míos.

    1. Twitter ya no es lo que era

    Haciendo un ejercicio introspectivo de análisis y memoria, no consigo recordar lecturas o datos clave concretos que me hayan ayudado a formar una opinión. Quizás soy fruto de la opinión de otros, de las opiniones que otros han ido vertiendo en mi y la evolución de las mismas. Desde que la corriente mayoritaria era que había que “follow back” a todo el mundo, hasta las de ahora. Y es que Twitter ha evolucionado, lo usa más gente, lo usa más y lo usa… diferente. Lo que valía para el año 2010 en 2014 ya no tiene sentido y las personas usamos Twitter de una forma mucho más directa y personal, adaptada a nuestra propia forma de comunicar. El follow (o not follow) back es solo un ejemplo. El otro día, un amigo me comentaba que cuando alguien le sigue en Twitter va a ver su cuenta. Si tiene igual número (o muy similar) de “seguidores” y “seguidos”, por defecto mi amigo no le da al follow back a esta persona. Porque entiende que se trata de alguien que le ha dado a “seguir” solo para buscar crecer y nuevos fan, y está más obsesionado con el número que con el contenido.

    2. Un RT apenas conversa

    De lo que no tengo ninguna duda es de que la persona que más ha influido en mi opinión sobre lo que es o no ruido en Twitter ha sido @lydiamolina, que me marcó para toda la vida con su frase:  “Pedir un retuit está muy feo, hombre”. Durante su etapa en SocialCo, y ahora también (Lydia, que te sigo queriendo), Lydia me enseña muchas cosas sobre el sentido común aplicado a la comunicación institucional. Por ejemplo, que has de ser coherente en tu actuación a lo largo del tiempo, y que si solo “hablas” con la gente cuando le quieres pedir algo (un RT, el uso de un hashtag…) sigues estando en un modelo 1.0 de la comunicación. ¿Perogrullo? Seguro,  pero no deja de ser una práctica muy común (que incluso funciona relativamente bien dependiendo del tema para conseguir difusión). Siguiendo este razonamiento, ¿cuándo haces una mención, estás buscando un RT? (…)

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    3. RT por defecto devalúa tu timeline

    Para mi, el hecho de hacer RT o no cuando alguien te menciona entra en el mismo saco que todo lo demás. Marta Isabel nos recuerda que el timeline de Twitter es muy efímero (se calcula que tan solo el 1% de tus followers estará conectada como media en el momento que tuitees) y que al hacer RT estás ofreciendo un reconocimiento público ante todos tus seguidores de lo que alguien ha dicho de ti, dándole un “gracias” más alto y ofreciendo a esta persona la posibilidad de que otros le conozcan.  Algo así como que “por lo que cuesta, es un gesto muy generoso”. Bufff. Si es que estoy de acuerdo, pero no me parece razón suficiente para hacer RT POR DEFECTO. Al contrario, me parece que este razonamiento:

    • presupone que uno de los motivos de la mención (aunque no el principal) es conseguir un mayor prestigio.
    • igual que presupone que el hecho de que yo retuitee algo le da a la otra persona más prestigio.
    • no tiene en cuenta que puedo estar perdiendo la oportunidad de conectar con ese 1% de mis seguidores que están conectados dándoles un mensaje que no les aporta demasiado. Es decir, metiendo ruido en su timeline.
    • … y me parece que no es la reacción más adecuada en la mayoría de los casos. Quiero decir, que cada mención requiere un pequeño esfuerzo de pensar quién soy yo, quién me hace la mención, qué pretende y qué forma de interacción aporta más.
    • Por último, es mi responsabilidad como comunicadora hacer una selección de lo que sale por mi timeline.

    Quizás, como decía Marta Isabel, le demos demasiadas vueltas a algo que debe ser más intuitivo. Pero precisamente por eso quiero pensar que la única norma de etiqueta que siempre va a funcionar siempre es escucha. Y en función de lo que oigas, usa el sentido común.

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    • Virginia Moraleda

      Directora. Socia fundadora y directora, su especialidad es la comunicación en temas sociales. No puedes hablar con ella sin que piense en tus objetivos de comunicación.

    Comentarios: 4

    • Aida 6 junio, 2014 7:38

      También he tenido este debate con compañerxs un montón de veces y estoy totalmente de acuerdo con tu postura. Aportar valor, escucharnos, conversar y colaborar deberían ser los motivos que nos llevan a participar en medios sociales, todo lo demás casi que sobra 🙂

    • Jaume Albaigès 6 junio, 2014 11:29

      Sin darle muchas más vueltas al resto de consideraciones, el argumento de no meter ruido en el TL de nuestros seguidores es fundamental. Por supuesto, cada cual es libre de hacer lo que quiera con su cuenta de Twitter, pero lo mismo les sucede a los seguidores, que tienen toda la libertad para dejar de seguirnos si no ven valor en lo que tuiteamos. En mi caso particular, que la cantidad de ruido no compense el valor aportado es la primera razón por la que dejo de seguir a alguien.

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